Esta proteína guía el desarrollo de los vasos sanguíneos y, si se logra controlarla del modo apropiado, podría dar lugar a un tratamiento capaz de impedir que las células cancerosas se extiendan.
El equipo de la Dra. Ondine Cleaver, especialista en biología molecular en el Centro Médico del Sudoeste, dependiente de la Universidad de Texas, ha comprobado en ratones que la proteína Rasip1 es tan específica y fundamental para tantos procesos celulares, que sin ella los vasos sanguíneos nuevos simplemente no podrían formarse.
Las células cancerosas dependen de la creación de nuevos vasos sanguíneos para suministrar los nutrientes que hacen posible el rápido crecimiento del tumor. Los tumores cancerosos también utilizan el sistema circulatorio como una autopista, a través de la cual enviar células malignas para colonizar otras partes del cuerpo.
La Dra. Cleaver aventura que un medicamento capaz de bloquear a la Rasip1 posiblemente podría combatir contra el cáncer de dos maneras: matando de hambre a las células cancerosas, y cortándoles las rutas de transporte que podrían usar para propagarse a otras partes del cuerpo.
Aunque esto es sólo un estudio realizado con ratones, Cleaver y sus colegas opinan que los estudios futuros sobre la Rasip1 y los procesos moleculares que están bajo el control de esta proteína, pueden confirmar las buenas impresiones iniciales que esta línea de investigación ha despertado.
Los investigadores planean ahora buscar fármacos que bloqueen la Rasip1, con el fin de comenzar a probar posibles estrategias para detener el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos funcionales y sabotear así el crecimiento y subsistencia de los tumores cancerosos.
Esta noticia ha sido subida por Kieran
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